domingo, 22 de junio de 2014

VERANO

Noche escueta de verano.
Piel entera, tú.
Cuerpo, tú.
Tacto,
encuentro.
Sueño desnudo, tú.
Noche primera de verano.
Encendida tu luna
para distinguir los besos,
las manos,
la cercanía.
Preguntando, tú,
si soy,
si es mi cuerpo,
si mi sal,
si mi sudor.
Quieres identificar
mis huellas,
mi espalda,
mis nalgas planetarias
para que gire tu abrazo
alrededor de mi cintura.
Sabor a noche,
a noche desnuda,
sin pijama,
con pechos al alcance
de la oscuridad que llega
despacio, lentamente,
como llega la llama erecta
buscando tu vientre,
la ternura de tu yedra.
Noche de verano.
Tú y yo, un solo dios verdadero,
unidad que rueda.
Somos lo que somos,
lo que nunca fuimos
hasta esta noche.
Mi cuerpo envuelto en tu cuerpo
para que nadie sepa
si somos uno o dos.
Clavado  en ti,
recibiéndome tú.
Silencio que gime,
alegría que exige permanecer
dentro de tus montes.
Gozo que ahonda
hasta encontrar en ti
una noche desnuda de verano



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