domingo, 1 de abril de 2012

TENGO VERTIGO


Últimamente tengo vértigo. Me marean las cifras descendentes de unos presupuestos que hablan de recortes multimillonarios. Hay que salvar el déficit. Lo ha dicho Bruselas. Bruselas ha suplantado a Roma. Los clásicos decían que cuando Roma hablaba había que terminar toda discusión. Pero la capital eterna se ha venido abajo. Se le ha desmoronado la democracia entre las manos como los muros de un Coliseo playero. La gobierna un tecnócrata no elegido por el pueblo. Bruselas rompió las urnas. Le estorbaban como a un Duce cualquiera. E Italia, elegante hasta geográficamente, se ha tragado su voz pisoteada por los mercados camisa negra.

Ante el vértigo trato de serenarme, mirar con distancia y tratar de verme por dentro, de auscultar la sociedad que me rodea. Sanidad, educación, dependencia… Me pareció oír en la campaña electoral que jamás se tocarían esos campos porque implicaría un ataque frontal al estado de bienestar que tanto había costado conseguir. No se abarataría el despido, no se promulgaría ninguna amnistía fiscal. Alguien le pidió a Rajoy que nos devolviera la felicidad y el prometió que seriamos felices para siempre por los siglos de los siglos. Rajoy tenía un programa en la chistera. España se merecía la felicidad que Zapatero le había acuchillado y el restaurador de la historia nos iba a sacar del más oscuro de sus rincones como ya en su día lo hizo Aznar. Voy acomodando el vértigo a la altura del momento y entendiendo el desafío a la gravedad que significa el Partido Popular. Recortes en sanidad. Viene a significar que si tienes una EPOC se te conmuta por una gripe, el aire equivoca el camino pulmonar y te mueres de perfil, “viva moneda que nunca se volverá a repetir” Recortes en educación. Si eres un superdotado se te clasificará como mediocre y evitarás el remordimiento de no haber estudiado lo suficiente. Y si eres dependiente recuerda los brazos de tu madre que nunca te negaron la mano como un camino de futuro.

Vértigo y miedo. Arturo Fernández-de-la-CEIM está contento con la reforma laboral, como Rosell, como Botín. Preocupante su alegría. Alegría a costa del miedo. Como en esos túneles de feria, cuando el de la máscara, el de la escoba, el del tridente. Se ríen a costa del miedo del niño que corre hasta el chiquero paterno. Cuanto más miedo más risa. Cuanta más risa más miedo. Retroalimentación macabra, pero real. Miedo porque el trabajo ha dejado de ser un derecho constitucional para convertirse en conveniencia empresarial. Como el sueldo, como el despido, como el horario. Y otra forma de cuidar la sanidad: si te acuestas con una hepatitis y faltas nueve días en dos meses, cuando te den el alta la ambulancia te llevará directamente a las puertas del INEM conducida por Fátima Báñez. Nunca serás una carga para la empresa, sólo para el desempleo.

Dicen que Europa, que los mercados, que la deuda. Dicen que hubo una huelga, pero el gobierno sólo vio normalidad. Los empresarios vieron normalidad. Esperanza Aguirre vio ilegalidad.  A lo mejor era una normalidad ilegal. Fátima dijo que una huelga no crea empleo.  Floriano se preguntó qué era eso de la huelga. A lo mejor ellos también tienen vértigo y miedo. ¿Porque y si la ciudadanía no aguanta tanta indignidad? Porque aunque la ministra de empleo-desempleo diga que la soberanía está en el Congreso, la verdad es que reside en el pueblo, según la Constitución. Sí, señora ministra: usted era soberana cuando era pueblo, ahora es gobierno. Y ser gobierno, aunque a usted le duela, es menos que ser pueblo. Por eso no hay que despreciarlo ni subestimarlo. El pueblo le ha encomendado a usted la creación de empleo y si se empeña en lo contrario la puede apear de su babieca campeador. Y no será ni rocinante manchego.

Vértigo. Miedo. Europa. Recortes. Pobreza. Gobierno. Pueblo. Mercados. Bolsa. Bruselas. Amnistía fiscal. Pobres ricos que se llevaron el dinero de todos porque crían que sólo era de ellos, que lo guardan en un bunker del alma. Ahora se les perdona todo porque llega la semana santa y perdonan al dinero preso y lo excarcelan y lo pasean Málaga abajo, Sevilla arriba con una túnica de vergüenza. Va pisando el asfalto del bienestar. Montoro, De Guindos, Soraya le cantan saetas a Rajoy en parihuelas, claveles rojos y blancos.

El pueblo anda por la calle envuelto en su propia dignidad.

1 comentario:

pcjamilena dijo...

Hoy, según Rajoy, están poniendo los cimientos para levantar lo derruido por el anterior Gobierno. Mañana dirán lo que convenga decir y siempre tendrán a Zapatero, como culpable de todo lo habido y por haber: pobre excusa de quienes no saben ni mentir porque les falta memoria y olvidan lo que de sus bocas salieron. Fueron tan repetidas y sus consignas aireadas por todos ellos que todos nosotros las recordaremos.

Pero sobre todo, maestro, a su vértigo le añado el escalofrío que me produce comprobar, que usted está en lo cierto.

Un abrazo amigo.