domingo, 12 de diciembre de 2010

LA DERECHA

Hace ya tiempo. Fraga se recicló a sí mismo y se convirtió en fruto maduro de una derecha ajena al franquismo, distinta, prefabricada. Pero España venía de donde venía, si es que venía de algún sitio. Muchos ya estaban allí. Apiñados, del brazo, con la camisa desteñida de azul demodé, demócratas de toda la vida. Era la derecha que nunca fue derecha, escondiendo su pasado, derretidas las montañas nevadas, pálida de sombra-sin-cara-al-sol. Derecha que no tenía un ayer amado porque el futuro pintaba en urnas, sin plebiscitos ni plazas de oriente decoradas de Utreras y Piñares correaje brillante y negro.

Todo era nuevo, recién estrenado. Fraga estaba de pié y andaba recto. Detrás una España popular fabricando Aznares y Rajoys, Esperanzas-católicas y Fernandos-Pons, dividiendo las aguas radicales, peregrinando hacia un centro inalcanzable.

Hace ya tiempo. Fraga solicitó ayuda para una silla de ruedas. El centro como meta requiere de alguien amigo que empuje. Y se hace más difícil. Ya no cabe el estado en la cabeza de D. Manuel. Le rebosa la libertad, se le derrama tanta constitución, le sobrepasa tanta autonomía rompedora de la una, grande y libre. Alguien entonces se pregunta: ¿Quién es la derecha? Y puestos a agudizar, hay que crujir la sinceridad y empuñar una interrogante quirúrgica: ¿Se puede ser de esta derecha?

Esperanza Aguirre presentó hace unos días un libro de Herman Terstsch: “Libelo contra la secta” Y Esperanza, siempre tan ella: “Este libro es la crítica más viva, apasionada y fundamentada contra un Zapatero obsesionado por dividir y enfrentar a unos españoles contra otros, pretendiendo expulsar de la vida política catalana y española al Partido Popular” Escenificó la simpleza de Zapatero al erigirse en "mesías llamado a resolver ese presunto déficit de legitimidad de nuestro edificio constitucional". Todo ello porque, según su versión, no conoce la historia de España y pretende "enlazar el régimen constitucional del 78 con la lejana y fallida segunda República" Zapatero proclama iniciativas “inspiradas en el anticlericalismo de raigambre masónica más propio de casino del siglo XIX" Como la reforma de la Ley del aborto, que la ha convertido "en un método anticonceptivo como lo era en el paraíso comunista de Stalin".

Juan Manuel de Prada, hijo amado del Vaticano y estandarte de la capacidad intelectual de esta derecha, escribe a propósito del chantaje de los controladores: “A una nación hecha unos zorros como la nuestra, al tirano le basta con intoxicar las tertulietas radiofónicas y televisivas, que son el oráculo de la llamada opinión pública” (Juan Manuel es tertuliato de varias de esas tertulietas) “Si la utopía del socialismo antañón era la sociedad sin clases, la utopía de esta gran fábrica de parados que es el socialismo hodierno es la sociedad de vacaciones, donde los parados llegan a creer que disfrutan de un domingo perpetuo, y donde quedarse sin puente jode más que quedarse sin subsidio de subsistencia” El “régimen castiga a los controladores aplicándoles la ley militar para meterles en la cárcel”, cuando, por otra parte, se inventa “todo tipo de tretas” para sacar de allí mismo a Otegui y compañía. “En una cosa se parecen los batasunos y los controladores”, asegura el columnista de ABC: “en que el principio de seguridad jurídica no rige para ellos”. Los pobres controladores están en “el limbo de la indefensión”.

Isabel San Sebastián, faro y guía iluminadora de Mayor Oreja, María San Gil y Mikel Buesa nos alerta: “Zapatero, encerrado en La Moncloa o mostrando una palidez ojerosa en la tribuna del Congreso, se parece cada vez más a ese Adolf Hitler magistralmente encarnado por Bruno Ganz en la película de Oliver Hirschbiegel”, “Está solo, sin más compañía que la de cuatro incondicionales (e incondicionalas) tan ciegos e incapaces como él. Quien a hierro mata a hierro muere”

Miguel Angel Rodríguez: La próxima ley de muerte digna es en realidad la autorización para matar enfermos y viejos y evitar así gastos da la Seguridad Social.

¿De verdad se puede ser de derechas?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

nose si se puede ser de la derecha pero se puede ser tan reduccionista??. que mala suerte tienes que siendo tierra y agua no haya crecido en ti ni un misero cactus ni hablar pues de una rosa o aun tulipan, suerte con lo suyo y cuidese de las malas hierbas !!

Anónimo dijo...

Hay quienes no evolucionan. Se han quedado políticamente anclados en una etapa de la historia y de ahí no hay quien los mueva. Así están por ejemplo aquellos de la camisa azul y el valle de “los caídos”. Otros como este señor descerebrado y su colega de “El plural” del pelo blanco (plural porque son más de uno, no por sus opiniones), se han quedado en la época de Fraga bañándose en Palomares, con el puño en alto, la internacional y la lucha en las barricadas contra la dictadura de la postguerra. Al menos de cara a la galería, que queda como muy bien.
Afortunadamente otros muchos, evolucionamos, no olvidamos el pasado, pero somos conscientes del presente y es en él, en el que vivimos.
Sin embargo es evidente que todavía hay muchas “viejas glorias” como arquetipos de la derecha franquista y la izquierda revolucionaria. ¡Qué pena dan!