Hay pájaros colgados en el aire,
recuerdos de ti.
Puentes que acercan y alejan
tu nombre.
A la sombra del silencio,
tu palabra sin voz,
tu voz sin eco.
Hablándome de tí, la ausencia.
Hueco en el hueco
nombrándote.
Dentro de mi adentro, tú,
huella de cuerpo y viento
vacío del vacío,
memoria de vientre,
de monte quieto.
Silencio de palabras
hablándome de ti,
labrando lejanías.
Tú, siempre y sólo tú,
andándome la sangre,
anudando el dolor
a la cruz infinita de tu ausencia.
Llevo de la mano el corazón
para que no se pierda,
para que aplauda
los pájaros colgados en el aire,
por si te encuentra
tejiendo la mañana,
haciendo como entonces
besos de trigo bueno.
Qué palmera tu cuerpo,
como el mar boca arriba
sosteniendo el encuentro
más hondo de las manos,
de los labios,
de los besos.
Quiero apoyar en tu ausencia
esta ausencia que tengo.
Abrazarte
la cintura del alma
y olvidarme la muerte
como si hubiera muerto.
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1 comentario:
Qué bonito... y como siempre, qué intenso.
Queralt.
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