Reflexioné hace unos días sobre el olor a naftalina que desprende de algunas expresiones políticas y se plasma en un vocabulario enmohecido, avinagrado, sumergido en aguas fecales estancadas. Lean por ejemplo a Iturgáiz. En su absurdo empeño por defender al Presidente de Valencia, atribuyó a “hienas bolcheviques” las investigaciones judiciales por su connivencia con la trama gürtel. Que conste que son investigaciones judiciales, no invenciones de Zapatero y De la Vega. Confieso que hacía muchos años que no escuchaba el término bolchevique, que me retrotrae a tiempos obscenos del pasado (pasado digo, no historia) Puede el eurodiputado poner las manos en el fuego, como Esperanza Aguirre, por Camps. Pero que conste que huele a naftalina y carne quemada.
Este aventajado alumno de Mayor Oreja, junto a Cospedal y otros políticos del Partido Popular, basados en dogmas proclamados por P. Jota, afirman que el gobierno anda negociando con ETA porque dada la situación económica en que nos ha metido Zapatero, “al Presidente sólo le queda ETA para presentarse ante los españoles” No veo la relación, pero debe ser por mi condición de hiena bolchevique. Te encuentras a María Dolores pregonando y advirtiendo por los platós que el gobierno de Patxi López se sostiene con el apoyo desinteresado de Basagoiti, pero que ese matrimonio debería romperse si se confirma la negociación Zapatero-ETA presentada como realidad. De esta visión del Partido Popular se deducen don cosas: primera, que no hay nada confirmado, que todo está basado en el estrabismo consustancial y mercantil de El Mundo. Y segundo: se demuestra algo más que desconfianza (tal vez malestar) hacia la positiva colaboración de Basagoiti en su empeño por cambiar la situación vasca, advirtiéndole de la incomodidad que produce en el PP. su apoyo al gobierno de Patxi López.. Se le predispone, con disimulada insistencia, ante el pronunciamiento de una ruptura. No bastan las afirmaciones claras y contundentes del gobierno. No son suficientes de las detenciones continuas de etarras y las sucesivas decapitaciones de la banda. No alientan la esperanza la ausencia de atentados. Ante los últimos apresamientos en Francia, Soraya de Santamaría, olvidando felicitar a las fuerzas de seguridad, ha dicho que su partido apoyará las medidas antiterroristas mientras no se caiga en la tentación de negociar con las pistolas.
El PP. lo demostró durante la anterior legislatura y lo sigue demostrando en la presente: depende tanto de la existencia de ETA, que se incapacita a sí mismo como alternativa. Aznar, Zaplana, Acebes, Astarloa, Mayor Oreja, todos corearon su implicación en el atentado del 11-M. Mintieron al pueblo español y al mundo sobre la responsabilidad de aquel infinito surtidor de sangre y hasta hay quien afirma que a Zapatero lo llevó a la Moncloa un grupo terrorista. A cambio de dinero lo va repitiendo por las tertulias políticas Miguel Angel Rodríguez.
ETA es la amante. Odiada y querida al mismo tiempo. Se odia a veces porque sólo es posible el amor. Amante oculta, ilegal, pero excitante. Para presumir de sangrante sex simbol. Arrojándole al Gobierno chulería despechada. “ETA tiene cogido a Zapatero por los vagones” ¿Se acuerdan? Orgullo macho paseado, exigiendo la verdad, mientras se ocultan-desvelan amoríos de anochecer en el perfume de una camisa vieja.
1 comentario:
"Hienas bolcheviques"...
Dios mío... La estupidez no tiene límites.
Saludos,
Diego
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