LA PROTESIS
A
España se le ha roto la cadera. La vejez se quiebra con frecuencia. Europa, los
mercados, la prima de riesgo, el Ibex no sé cuántos se dejan llevar por
densitometrías que revelan debilidades óseas. Sobre la pantalla iluminada se
detecta lo que Europa, los mercados, la prima de riesgo, el ibex no sé cuántos
quieren que se detecte. Padecemos lo que interesa que padezcamos. Nos tiran por
el barranco y después diagnostican las consecuencias deseadas pero poniendo
cara de inocencia. Y pedimos auxilio a los torturadores que farisaicamente nos
tienden una garra que aprieta hasta el estrangulamiento con apariencias de
ayuda.
España
se ha roto muchas veces según las profecías plañideras de algunos. Lo tuvo
claro el profeta Aznar con su corte de populares. Se nos caía el País Vasco y
Zapatero se cruzaba de brazos. Y le disparaban prietas las filas. Anda el
Lehendakari por no sé qué universidad y se dejó atrás al País Vasco untado de
pegamento imedio. Fue después el estatut. Rajoy, Esperanza, Pons, Cospedal se
arrodillaron por las esquinas a pedir una firma por amor de Dios para que
Cataluña no se nos cayera del mapa nacionalista y egocéntrico. Exiliaron la
butifarra, el cava, la barretina, a Rovira y Maragall. Y el boicot de un clan
irresponsable, sin capacidad de diálogo, Cid campeador de batallas
imposibles, aumentó el ansia de
independencia. Responder a la palabra con cañones nunca consiguió derrotar el
eco que es más fuerte que las minas antipersonas de Isabel y Fernando.
Andamos
envueltos en banderas. Tal vez el frío invernal. Alicia y María Dolores, Rajoy
y Margallo. Albiol encestando inmigrantes en pateras de regreso. Pons ausente,
excedente de promesas baratas, Rafael Hernando vendiendo permisos de residencia
en el mercadillo a ciento sesenta mil euros la papeleta, Gallardón-Rouco-Varela
permitiendo que la mujer sea mujer sólo si ha parido. De Guindo con besos de
viagra para una Angela con migraña perpetua. Envueltos en banderas erguidas en
Colón que bajó Trillo-Jack-embajador con un bombín de segunda mano.
Artur
Mas gritando. Mas también tiene frío y se ha metido en su saco de dormir
acolchado, de pluma de oca, cremallera de rayas hasta el cuello para aguantar a
Pedro Jota escarbando en Suiza, sacando tierra en busca del tesoro, para apedrear
al catalán escolar ayudado por Intereconomía y Marhuenda, empujar a
Tejero-pistola-con-bigote-carcelario, a Vidal Cuadras entrenando a generales, y
a un viejo militar que quiere jugar a la guerra porque todavía lleva balas en
la recámara de cuando entonces…
Y
mientras todos tratan de unificar y uniformar a España, España está rota con el
esfuerzo de Rajoy, Montoro, De guindos, Soraya, Cospedal y Santiago-cierra
portones. Millones de niños comen una sola vez al día, se regala la sanidad a
novios compradores con un ajuar de lujo tejido año a año con los impuestos de
todos, se destruye la educación porque la miopía de Wert la concibe como un
aborto deforme, se desahucia diariamente a miles de familias, se abandona a los
dependientes que necesitan la fuerza de un cariño que les empuje camino
adelante, se crea pobreza para que se hagan ricos los menos, se fabrican
millones de parados, se construyen más oficinas del INEM que acoja la angustia
del presente, del futuro, del pasado, se privatizan los hospitales, aunque la
calle se llene de batas blancas, se hace de la justicia una injusticia aunque
el asfalto se vista de togas que gritan, se suprimen ayudas para que muchos se
jodan y disfrute la niña Fabra paseando por aeropuertos vírgenes. Y se dice que
tenemos que pagar la sanidad para que sea gratuita, y que pagar la justicia
para que sea gratuita, y pagar la enseñanza para que sea gratuita. Están
convencidos de que la ciudadanía padece un síndrome de estupidez tal que hay
que decirle falsedades para que se entretenga y viva la disuasión del gelocatil
y del recurso por el despido improcedente.
Hay
que evitar que se rompa España. Es preferible romperle las caderas para
prohibir el futuro. Nunca se había golpeado tanto el esqueleto del país. No es
de extrañar que se nos esté astillando la osamenta. Se acude a prótesis que
disimulan la putrefacción y las reformas no son más que vocablos anestesiados
en quirófanos inmundos
Fátima
Báñez, la Virgen del Rocío y nuestra señora de Cospedal forman el equipo médico
habitual. España permanece estable. No se romperá nunca. Se morirá sin más. Y
oiremos a las plañideras comiéndose el luto: “Dios mío, qué solos se quedan los
muertos”.