Principios de Marzo. 2.011. Guardia civil caminera los llevó codo con codo. Con perdón de Antonio Torres Heredia, hijo y nieto de Camborio. Por el Norte. Cuatro etarras. Kilos de explosivos. Kilos de información. Kilos de mala conciencia, de balas exactas para nucas, simplemente por ser nucas. Con txapela, tricornio de charol, gorra de plato o toga negra. Por ser Gregorio Ordoñez, Miguel Angel Blanco, Ernest Lluch. Por ser simplemente Pepe, Antonio Apellido Anónimo.
Lo dijo Rubalcaba. Había pistas desde Txeroki. Desde antes, mucho antes de no se sabe qué tregua. Antes, mucho antes, de muchas pistolas quietas, de ofertas sospechosas, de manos con guantes negros y huellas de pólvora asesina. Cuatro fueron. Se llaman como se llaman, pero no quiero nombrarlos. Nombrar es dar existencia, poner de pie, crear. Yo no quiero parir palabras que luego explotan, que conocen femorales como toros certeros, que saben senderos derechos al corazón. Lo dijo Rubalcaba. Eran pistas antiguas. Caminaban por las orillas guardias civiles con novias, con hijos, con esposas y madres. Poco a poco. Despacio. Hasta primeros de marzo. 2.011. “No se ha movido una coma y esta es la prueba del nueve, y es así porque ETA no ha dejado la violencia, y mientras no lo haga, la Guardia Civil y la Policía seguirán deteniendo hasta que el final de ETA sea definitivo” La mayoría son de letras y no saben en qué consiste la prueba del nueve. Yo también soy de letras. Pero veo la realidad. El actual gobierno y bajo este Ministro del Interior se han detenido más terroristas que en ningún otro caso. Al final de sí misma dicen algunos que está ETA. Buscando una salida honrosa para una existencia deshonrosa. Con los presos divididos. Con movimientos que aseguran ser independientes de balas y bombas. Con propósitos políticos, caminando hacia la democracia, haciendo democracia, renunciado a satán, a sus pompas y a sus obras. Sembrando paz para hacer una cosecha hermosa de reencuentro consigo mismos, con los otros, con todos. Para tomarse un pincho sin bajar los ojos o vigilar la pistola bajo la chaqueta gris. Eso dicen. Aunque nadie los crea, lo dicen.
Lo oyeron Cosidó, Gil Lázaro, Pons, Santamaría-Soraya. Mayor Oreja lo sabe, es consciente. Pero tiene unas cataratas inoperables. Se ha acostumbrado a no ver la luz. Tal vez la ha odiado siempre. Se ha acomodado a las tinieblas. Se desenvuelve bien en la oscuridad. Prefiere el gris, siempre el gris. Toda la vida asustando a la sociedad como en esas atracciones de feria, paseadas por los pueblos para que los niños no duerman, para que los padres amenacen a sus hijos si no comen lentejas. Bruja de escoba para adultos que terminan riéndose con un fino La Ina entre las manos. Rajoy le consulta como a un oráculo sagrado porque fue Ministro del Interior cuando la negociación negada, negada, negada, pero real de Aznar con el Movimiento de Liberación Vasco. Y Rajoy lo escucha, aunque fue un ministro gris marengo, como su alma serena y quieta a la sombra, disfrutando de la paz que irradiaba El Pardo en primavera.
Y llega, alegre y saltarina, Santamaría del buen consejo. Sáez Soraya. Alegrándose, pero sobre todo advirtiendo, aconsejando, amenazando. Como el gobierno decaiga en su persecución a ETA, como negocie, como no persiga, el Partido Popular sabe lo que tiene que hacer. Azuzará a Cosido, a Gil Lázaro. Y enterrarán a Rubalcaba bajo una pesada losa, muy pesada. No puede nadie permitir que resucite y gane a lo mejor las legislativas del año próximo.
D. Alfredo sonríe. Cada noche de rodillas suplica: cuatro esquinitas tiene mi cama… Santamaría-Soraya del buen Consejo, ora pro nobis.
1 comentario:
Geniaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaal!!!!, Rafael. ¡Qué bueno eres!
Este artículo no tiene precio, y además arranca una sonrisa franca, al visualizar la imaginación la figura de Sorayita y el ora pro nobis de Rubalcaba.
¡Qué gran ministro si oviesse los vassallos que merece! Pero no. La oposición es de boca negra, que sólo vomita negro, y, en ocasiones, gris, como los hipidos de Mayor Oreja, la chaise-longe de Rajoy, las persecuciones cospedalianas, y el bien, pero...de Soraya. Siempre la adversativa.
Bien por la guardia civil y la policía nacional, pero mejor para un Rubalcaba unico y excepcional en su capacidad y dedicación por el bien de España.
Un beso, maestro querido.
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