Todavía conservo mis artículos periodísticos cuando Franco se acababa. Guardo los originales y los publicados. En medio se nota la censura. “No hay mejor caldo de cultivo para un pensamiento de izquierdas que una dictadura de derechas” Nunca se publicó una frase tan inocente como ésta. Eran tiempos oscuros, plomizos, con luna eclipsada y sol fusilado entre los árboles. Uno evitaba la calle por los políticos-sociales de la pipa y los grises tristes, los tricornios de charol y los azules de yugos y flechas.
Por el setenta y cinco salió a pasear la libertad. Del vientre de la tristeza más honda nació la alegría, la amistad posible con el posible adversario. Y la palabra recuperó existencia, elegancia, capacidad creadora. Empezamos a hacer futuro. Sin adhesiones inquebrantables. Plazas de Oriente abiertas, olvidadas de muertos generalísimos, sin caudillos, con España para todos. Estrenamos alegría por las calles paseadas del brazo de la esperanza conseguida.
Ley de amnistía. Constitución. Poderes ejecutivo, judicial, legislativo. Estado de derecho haciéndose, siempre haciéndose, nunca hermético, nunca cerrado sobre sí mismo para no caer en una dictadura de nuevo cuño. ¿Pero dónde estamos hoy, Abril 2.010? Uno se lo pregunta alumbrando recuerdos, vivencias, rememorando palabras necesariamente abortadas, matesas de López Bravo diluidas porque manchaban, aún más, al régimen. Las dictaduras ahogan las evidencias. Hoy Jueces, políticos, encausados, líderes de partidos, todos piden respeto. Confundiendo “prevaricadoramente” respeto con silencio. Y uno, que lleva años acumulados de voz ahogada, se rebela contra la mala intención de crear equidistancia entre respeto y silencio. Hemos oído, oímos, críticas feroces contra el Poder ejecutivo: Zapatero y ETA son socios empeñados en la tarea de entregar una España rota al terrorismo (lo afirma Mayor Oreja-Cospedal-FAES). Zapatero ha instaurado un estado de terror (lo dice Camps revestido de traje pontifical-calle-Serrano). Hay que excomulgar a los diputados que votan la ley del aborto porque son asesinos (proclama el Episcopado que identifica pederastia y homosexualidad). La policía se dedica a preconstituir pruebas contra el Partido Popular (Alvarez Cascos, afiebrado, toda su vida afiebrado). Se enfrenta a la ciudadanía contra el poder legislativo: hay que implantar la cadena perpetua, hay que escarmentar la delincuencia juvenil con mayores castigos, hay que aplaudir la guerra de Irak porque con ella hacemos un mundo mejor. Poderes zarandeados entre molletes con manteca colorá y culines de sidra. El pueblo-albañil, el pueblo-cajero-supermercado, el pueblo-arquitecto-ingeniero-médico. Pueblo dueño de sí mismo. Pueblo-abril-2.010.
Todos manoseando al Poder judicial. Pero todos pidiendo al de enfrente que lo respeten. El Presidente del gobierno. El Jefe (no líder) de la oposición. Ministros. Presidentes de Comunidades. Exigiendo respeto. Lo cual significa: sólo nosotros tenemos patente de corso para criticarlo. “El juez Garzón tiene cogido al Gobierno y a su policía política por los santos huevos”. “Los cadáveres en el armario se acumulan y el juez (Garzón) hace el papel del forense y guardián de la morgue” Es la blasfemia de Hermann Tertsch en un intento de exigir rodilla genuflexa ante el Poder judicial. Pisotea a un Juez en el momento mismo que requiere veneración para el los Jueces. Miedo a otra guerra civil, estirpe bolchevique, comunismo. Los que defendieron en la Facultad de medicina a Garzón eran unos “procaces ignorantes” de “ideología caduca, maniquea y miserable” que secundaron un “aquelarre dedicado a la demonización de nuestra justicia”, insiste Hermann.
Se debe ser rebelde porque sólo la rebeldía nos llevará a la utopía. Abril, 2.010. Setenta y cinco lejano. Setenta y ocho alargado hasta ahora como un chorro inacabado. Tal vez haya que morirse cuanto antes para sentir la primavera refugiada entre las manos.
1 comentario:
Una vez más, precioso y preciso en su exquisito contenido.
Los que sufrimos la persecución de los grises, a pie y a caballo, mordiéndonos el cuerpo con esas maltratadoras porras. Esos que profanaban la universidad y con gesto y palabras obscenas a chupitajos nos bautizaban con los únicos horrores que sabían decir: puta, maricón, mientras las porras buscaban nuestras caras, nuestros cuerpos, echando sangre. Y aquellos otros, los sociales, que, al doblar la esquina, nos pedían el DNI que habia que ir a buscar al kilómetro cero de la Puerta del Sol. Los herederos de esta gentuza han renacido, y las memorias adormiladas, de repente, han despertado de aquellos horrores. Ya no queremos más humillaciones porque el pensamiento es libre y lo es la expresión (libre)porque la hemos conquistado. Nada nos ha sido regalado y nada vamos a consentir que nos sea arrebatado, aunque la vida nos vaya en ello.
Pero más burlas de estos secuaces del terror y de sus amigos de bolsillos bien llenos tras dejar vaciós los nuestros no vamos a consentir. La fuerza de la palabra que grita VERDAD y DEMOCRACIA tiene un poder inmenso, y ése es nuestro.
Un abrazo, querido Rafael.
MªDolores Amorós.
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