viernes, 9 de abril de 2010

YO NO ESTUVE EN LA BODA

Ana Botella, esposa medio ambiental del Ayuntamiento de Madrid, peregrina decidida hacia la alcaldía mayor del Reino, ha pedido enérgicamente a Mariano Rajoy que defienda con fuerza el pasado de su partido. Dicho de otra forma, que no se marginen, no se reniegue o se ignoren los años de gobierno de José María Aznar.

Esta petición conyugal es comprensible porque la cúpula actual de PP. pone sumo empeño en resaltar que a partir de 2.004 se desvinculó de las empresas que ahora están presuntamente implicadas en nubes borrascosas. Aún sin tener en cuenta que la decisión de distanciamiento no afectó a ciertas comunidades gobernadas por el Partido Popular, es palpable que durante la etapa de presidencia de José María Aznar sí fueron las encargadas de organizar actos de suma relevancia. Entre ellos la boda imperial de Ana Aznar en los feudos de Felipe II. ¿Qué se detectó en 2.004 para excluir a esas empresas si en los años anteriores había funcionado con total honestidad?

Yo no estuve en la boda. No sé si por olvido de Felipe II o de Aznar emperador. Pero contrastando con la piedra del monasterio escurialense podemos todavía revivir las imágenes de los trajes de etiqueta varoniles, los vestidos elegantes de las señoras, los relojes suizos o la gomina hortera de algunos asistentes.

Los testigos firmantes suelen ser amigos que comparten sensibilidad espiritual o económica, socios de trabajo o capital, afinidades lúdicas o recuerdos de infancia. Y entre ellos, mont blanc de oro en mano, estaban los que hoy son interrogados por un Magistrado de la Audiencia Nacional. ¿Son impuros a partir de 2.004 pero no antes? ¿Estaban ya estercolados cuando degustaron el caviar o les sentó tan mal la langosta que tuvo que intervenir el Samur para evitar contagios peligrosos? ¿Los auxilió solícito el padre de la novia, como presidente de estómagos revueltos, o los dejó que la ambulancia los aislara en las afueras del imperio? Mariano los exilió. ¿Camps, Aguirre, Taófila también? ¿U optaron, almas misericordiosas, por vendar las heridas con contratos que aliviaran su infección interior e interiorizada?

“No es una trama del PP. Es una trama contra el Partido Popular” dijo Rajoy flanqueado, como Cisneros, por sus poderes. ¿Contra el Partido Popular actual que limita con 2.004 o contra el anterior? ¿Cuando a partir de esa fecha Rajoy apostató de ciertas organizaciones, estaba condenando las relaciones precedentes? ¿Por qué no se explicitaron en ese momento las causas de esa ruptura? ¿Por qué la necesidad de ponerlas de relieve ahora, con varios años de retraso? Se lo preguntó un periodista y el jefe de la oposición (lo de líder está por demostrar) respondió que no se había observado materia delictiva. ¿Por qué entonces se privó a esos fieles servidores de Aznar de un futuro prometedor para sus empresas? Cuántas preguntas.

Yo no estuve en la boda. Sólo visito el Escorial para contemplar cómo el pasado puede convertirse en historia.




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