NO SE DE DONDE
No sé de dónde este empeño
de hablar con el aire,
de hacer versos,
de juntar la piel de las palabras
para que se amen.
No sé de dónde esta necesidad
de escribirte poemas,
de extrañarlos como las buganvillas
si no tienen primavera.
No sé por qué esta urgencia
de guardar el silencio entre sílabas grabadas
en tu espalda arqueada.
Me gusta recitar tu
carne,
convertirla en aliento de mi boca,
contar que cada noche
no existe más frontera que la luna.
Este empeño de rimar
mi sexo con tu sexo
como quien proclama
el dogma de Julieta sembrada de Romeo.
Necesito saber por qué marco
con un destino concreto cada sílaba,
por qué llevan tu nombre dentro de cada letra,
por qué eres el eco de todo lo que digo.
Sorprendo tus ojos de repente
y no necesito entender nada.
Tú existes como explicación última de todo.
Estás y no dices adiós.
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