sábado, 22 de noviembre de 2014

A LO MEJOR


A lo mejor existes
y te encuentro cualquier tarde
y hacemos de la palabra
una plaza con árboles.
A lo mejor perdura
aquel banco de entonces,
cuando era una aventura el tacto
prohibido por la vida
de quince años apenas.
Cuántas caricias destinadas
a tus muslos de falda colegiala,
a tus pechos subiendo al escondite
de tu bufanda de cuadros.
A lo mejor existimos
pero hemos olvidado las manos y los besos
y no sabemos qué hacer
porque las ingles hicieron
una distancia paralela.
A lo mejor no existimos. Sólo estamos
como rocas, como montes,
con la quietud de los muertos
que se beben la lluvia,
que mastican la tierra,
porque no cabe el amor
en un metro y medio de madera.


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