viernes, 29 de noviembre de 2013

TRISTEZA



Tengo que poner en orden la tristeza.
organizar las penas
por estricta jerarquía.
Quiero encontrarlas fácilmente
cuando necesite una lágrima concreta.
Un mitin de tristezas sublevadas
pone en rebeldía las moléculas
del dolor aletargado
Se erizan las venas
como ríos rebeldes,
como lunas fragmentadas en cristales.
Tengo que poner en orden la tristeza
para que confluya el olor de cada pena
en el pan que se mastica
en la gota del aire que respiro.
Quiero digerir la tristeza que me toca
del total de llagas de la vida
que sufren los hermanos en el tiempo,
en este mundo herido en el costado.
La parte del hambre, de las guerras,
de los muertos aún calientes,
de las mujeres con clítoris segado
porque alguien les niega el derecho a la sonrisa.
Mi alícuota parte de la sangre exprimida
bebida y disfrutada por billeteras sin escrúpulos.
Me pertenece y reclamo el chorro de pus de la miseria
de los que no viven, sólo duran.
Son tiempo putrefacto, maloliente
para los del perfume y alta moda.
Exijo la piel que se dejaron  los del hambre negra
en las cuchillas cristianas, bendecidas, civilizadas.
 Tengo que poner en orden la tristeza
para que no me prive nadie
de los vientres de niños
sin agua, sin pan,
con omóplatos de plastilina humana
Reivindico mi culpa,
mi culpa oscura,
cómplice de todo lo que escuece
en la carne desgarrada,
arrancada
que hace del mundo un esqueleto
despreciado por los poderes del dinero y la avaricia..


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