TRISTEZA
Tengo que poner en orden la
tristeza.
organizar las penas
por estricta jerarquía.
Quiero encontrarlas
fácilmente
cuando necesite una lágrima
concreta.
Un mitin de tristezas
sublevadas
pone en rebeldía las
moléculas
del dolor aletargado
Se erizan las venas
como ríos rebeldes,
como lunas fragmentadas en
cristales.
Tengo que poner en orden la
tristeza
para que confluya el olor de
cada pena
en el pan que se mastica
en la gota del aire que
respiro.
Quiero digerir la tristeza
que me toca
del total de llagas de la
vida
que sufren los hermanos en
el tiempo,
en este mundo herido en el
costado.
La parte del hambre, de las
guerras,
de los muertos aún
calientes,
de las mujeres con clítoris
segado
porque alguien les niega el
derecho a la sonrisa.
Mi alícuota parte de la
sangre exprimida
bebida y disfrutada por
billeteras sin escrúpulos.
Me pertenece y reclamo el
chorro de pus de la miseria
de los que no viven, sólo
duran.
Son tiempo putrefacto,
maloliente
para los del perfume y alta
moda.
Exijo la piel que se
dejaron los del hambre negra
en las cuchillas cristianas,
bendecidas, civilizadas.
Tengo que poner en orden la
tristeza
para que no me prive nadie
de los vientres de niños
sin agua, sin pan,
con omóplatos de plastilina
humana
Reivindico mi culpa,
mi culpa oscura,
cómplice de todo lo que
escuece
en la carne desgarrada,
arrancada
que hace del mundo un
esqueleto
despreciado por los poderes
del dinero y la avaricia..
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