INCORPORAME
Incorpórame a tu boca como
un vino,
como un ramo de uvas
con la piel perfumada
de primaveras verdes.
Trágame poco a poco
invocando un descanso en tus
labios,
un sueño en tu lengua,
una ascensión al cielo de tu
boca.
Llévame muy dentro,
a ese centro sin retorno
donde tú eres más tú,
donde tu vientre exige
ríos verticales
clavados en tu mar.
Incorpórame.
Créame en tu sangre de nuevo
para ser piel de tu carne,
entrañas de tu bóveda sin
tiempo,
oleaje de tus pechos azules.
Déjame que hospede la mirada
en tus ojos de siempre.
Que dedique mis manos
a cosechar margaritas en tu
trenza.
Desabrocha tu blusa
para que ardan tus pechos
y que el viento levante tu
falda de amapola.
Implícame en la lucha de tus
piernas
para alcanzar tu mar, ola
tras ola.
Ahógame. Quiero morir en tu
playa
con la arena y el sol y la
espuma de tu boca.
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