lunes, 11 de noviembre de 2013

CUANDO ESTABAS



Olía a luna fresca,
a luz recién segada,
a soledad caliente, recién hecha,
horneada en tu boca,
como cuando estabas tú
Sabía a lluvia,
a sal tu vientre,
a agua de mar tu carne,
a río engendrado aquella noche,
tu saliva a uva de setiembre.
A madera encendida
que sobresalta el sexo
y lo erige en almena.
A cintura de viento tu cintura,
a musgo  fluvial tus muslos.
A trenza con margaritas blancas,
a margaritas blancas
tu pelo entusiasmado entre mis manos.
Olía como entonces,
cuando estabas,
cuando hacías camino por mi sangre,
en madrugadas limpias.
Olía a risas la almohada,
a precintos rotos tus ingles,
a alegría estallada,
a botella de brindis porque aprendimos
a ponerle apellido a las estrellas.
Todavía me huele a luna fresca
como cuando estabas tú.


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