ESTAR
EN TI
Quiero estar en ti
como la primavera en los
almendros,
decorando la savia que te
aflora en tu boca
cuando la alegría
se pone de pie sobre los hombros
del mundo.
Estar en ti,
sosteniendo las raíces de tu
sangre,
de tus óvulos como cerezas
de fuego
que alimentan mi piel
y el deseo de fecundar tus
lunas.
Estar en ti,
en la plaza de tu vientre,
de tu monte de venus con
ecos de otros tiempos
cuando ayer era ayer
tú y yo nosotros
y sembrábamos besos y
amapolas
en los trigales rubios de tu
pelo.
Estar en ti,
sustituyendo la risa por
sonrisa,
permitiendo los nidos de los
pájaros
colgados de la luz
secándose al calor de tus
gemidos.
Estar en ti
como el olor de la madera
quemada
en los inviernos íntimos de
una soledad oscura.
En ti porque no estás,
porque a lo mejor no vuelves,
porque trituraste los
caminos
con los mismos dientes
que me mordieron el alma.
Estoy aquí,
al final de la distancia,
la que separa y une.
Estoy esperando el turno de
la primavera
para florecer en tus almendros.
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