TU
PALABRA
Se agrieta la palabra en el camino
entre tu boca y el aire.
Se seca la luna entre tus labios
y tu luz no consigue ser la piel de mi piel.
Y entonces nos miramos como ciegos.
No alcanzamos las manos con las manos,
no llego hasta tus ramas,
paralíticos árboles del miedo.
Se anuda la palabra,
se endurece su carne
y la mastica el silencio
y rueda en la garganta
sobre sí misma
sin avanzar
hasta mi espera.
Se queda en el camino,
el hermoso sendero de tu adentro,
el misterio colgado de tus cejas,
ansias descendiendo
de la cumbre de tus pechos.
Tu palabra cansada
de hacer camino
se arrincona en los pliegues
de tu sombra interior.
Ahí está.
Con el miedo de un pájaro
que inaugura las alas
y acepta el vértigo
de rodar por el aire
apoyado en la luz.
Misterio eres,
somos misterio.
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