SI
TE NOMBRO
Me he dormido cerca de tu nombre,
de tu voz, de tu aliento.
Hace frío a las afueras de tu boca,
de tus labios cerrados
sin que la noche quepa
en las grietas del tiempo.
Se cuartea la ausencia y se nos rompe
como un ánfora de barro
y sangra el cristal
y rezuma la piel el agua helada.
Si supiera nombrarte como entonces,
darle calor a la escarcha de tu piel,
llenaríamos las manos de ríos y de lunas
hasta tocar la médula del beso.
Pero se desmemoria la memoria
y quedan los recuerdos como torres de sombra
sin raíces para anclar los cuerpos,
como peces de plomo entre la espuma.
Quedan restos de tu nombre,
huellas de tus andares por mi sangre.
A lo mejor un día no es mañana,
pero es alguna vez.
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