PREGUNTA
Algún día tendré que
preguntarte
qué fué de aquella esquina,
qué fue de aquella tarde,
qué fue de aquella brisa.
Tendré que preguntarte
si conservas la huella,
el recuerdo,
la nostalgia
del beso,
la caricia,
la ternura.
Tendré que preguntarte si
conservas
mis labios en tus labios
mis manos en tus pechos,
mi piel sobre tu piel.
Tendré que preguntarte
si mi cuerpo y tu cuerpo,
si mi aliento y tu aliento,
si mi espuma y tu mar.
Tendré que preguntarte
tantas cosas.
Quiero saber por qué
nos volvimos importantes,
serios,
tan Calvin Klein y Sardá
Perele y Emidio Tucci,
Manolo y Martinelli.
Necesito preguntarte,
preguntarme
por qué hemos perdido
aquella esquina,
por qué se distanciaron tus
labios y mis labios,
por qué se olvidaron mis
manos de tus pechos,
por qué la lejanía de mi piel
y tu piel,
por qué mi espuma y tu mar.
No. No voy a preguntarte.
La vida no es respuesta.
Es una tristeza azul,
distancia de una lágrima,
lejanía obstinada de un
gemido.
Pero cuando me desnudo de
importancia,
Imagino tu limpia desnudez
y recuerdo la tarde,
la brisa
y tanta huella.
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