TENGO
LA SANGRE
Tengo la sangre llena de
banderas
que delimitan el espacio de
tus huellas,
el camino que hiciste
aquella tarde
hasta llegar al centro de mí
mismo.
Era el río
y la hierba
y aquel árbol
que entornó sus ojos
para no ver tu carne
mordida de luna.
Reconozco que me impuso tu
boca
la obligación de existir
confiriéndome tiempo
suficiente
para acumular una muerte
como herencia y propiedad
absoluta.
Nací de ti
y en ti me hierve la ternura
sentida como un mar que
invade
mi esencia de arena.
Tengo la sangre
amanecida entre los besos
que delimitan el espacio de
tus huellas,
el camino que hiciste
aquella tarde
hasta llegar al centro de mí
mismo.
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