NO
TENDRÁN MIS MANOS
No tendrán
mis manos de piedra
tu cuerpo de
agua.
No han sabido
mis ojos descifrar
el argumento
de tu mirada
deslizada por
el esófago azul
de mis
sábanas.
No conoces la
historia de mis manos,
bajando por
tu vientre,
hasta el
centro del mundo.
Quiero
informarte que mis besos
tienen una
historia de olvidos olvidados
hasta que
editaron el roce de tus labios,
hasta que me
vendaron el aliento
y lo
abandonaron a las afueras de tu espalda,
en el centro
de tus muslos
encargado de
sembrar las rosas negras
y azules de
nostalgia.
Quiero
notificarte que mi cuerpo
se me rompió aquel
día
en que se
despeñó por la memoria
de un río
vertical.
Te advierto
que vengo
de lunas
destruidas,
de vientos
arruinados,
de estrellas
cansadas
de tanto
pisar huellas
y dibujar vías
lácteas.
Debes saber
la biografía de mis manos
para que no
sospeches nunca
de quien
sostiene tus pechos,
de quien
anilla tu cintura
y te pone los
besos
a la altura
de tus ojos.
Ahora tengo músculos
de musgo
para apretar
tu silencio
Sin dañarte
la piel,
Sin herirte
los sueños.
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