PROVISIONAL
SOY
Nunca todo es absolutamente
todo,
ni es total el vacío de la
nada.
Quedan por dentro los
cristales
de alguna copa rota de vino
tinto y amargo.
Gritamos entonces como
gritan los truenos
en el sensual escote de los
montes.
No es la noche una traición
del día
ni la sombra la espalda
desgarrada de la luna.
Somos los que somos aquí,
ahora,
en el momento exacto en que
firmo y afirmo
mi estancia en el tiempo
y en un metro cuadrado del
planeta.
Nada es absolutamente nada.
Tengo la palabra,
pero tan sólo a medias,
porque entre sus paredes no
se encierra
la plenitud que soy
y cuando me digo
tú sólo percibes una parte
porque soy incapaz de
ex-ponerme
ante ti y no te llega la
zona de misterio
que escapa a los sonidos.
No me entrego cada vez que
me entrego
porque no me tengo.
Hasta donde me sé te digo,
hasta donde me poseo te
entrego.
Por eso el todo nunca es absolutamente
todo
ni es la nada absolutamente
nada.
Acógeme, te pido, en mi
finita infinitud,
recógeme en la pobreza
de quien no se tiene ni a sí
mismo.
Aquí estoy, ante ti,
como soy y no soy
para que tú me sepas y me
beses,
para que tú me crees e
injertes esa nada
amarga que prohíbe mi
donación total
a tus brazos hacedores de
existencia.
Soy tiempo. Soy
provisionalidad
y la entrego a tu vida
como un ramo
de la nada en que existo
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