ECLIPSE
Me voy acostumbrando a ser
recuerdo,
sombra, sólo sombra
de aquella luna
que te creció en los ojos.
Se ha interpuesto una muerte
entre tu cuerpo y mi cuerpo
y muerde la luz
una terca opacidad.
Me estoy haciendo oscuro
cuando intuyo tu piel
iluminada
y me oculta tu vientre
sombreado
la magnolia azulada de tu
sexo.
Tengo que acostumbrarme
a clasificar las huellas
por orden de recuerdo,
a ordenar los besos por las
fechas que figuran
en la memoria de los ríos.
Tu nuca, tu espalda, tu
cintura
y las piernas que escalaron
mis montes, mis relieves,
mis centros.
No servirán los cristales
ahumados de los huesos
para que no deslumbren
la lejanía acumulada.
La muerte tiene exigencias
y cuchillos que sajan,
que dividen,
que separan la carne de la
carne.
Sombra acaso, sólo sombra
y un eclipse taponando los
ojos
antes de que la vida
encienda
el cigarrillo último
y dispare
y heredes mi tiempo
reventado
por si quieres guardarlo
entre tus pechos.
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