TOCO
TU NOMBRE
A veces pronuncio tu nombre
de forma irracional.
Sílabas, letras.
Tu nombre
porque no estás.
Tu nombre
porque necesito que estés.
Tu nombre
como una niebla
empeñada en hacer distante
la presencia.
Tu nombre
sin cuerpo,
sin alma,
sin ti.
Pero tú cuando te nombro.
Te llamo como te llaman.
O tal vez no.
Te pronuncio,
te expiro
con el aire original,
recién hecho,
creado para que te suene
dentro,
para que distingas los
labios de los labios.
Para que llegues hasta mí
y para que no llegues.
No sé si entiendes la
irracionalidad
de nombrarte.
Necesito tu nombre
como necesito la flor de los
almendros,
el testimonio del trigo,
la legitimidad de las
cerezas.
Toco tu nombre
y es tu cuerpo,
tu carne,
tu olvido,
tu memoria.
Nombrarte,
tocarte,
hacerte
con la irracionalidad
concreta del amor.
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