NECESIDAD
Sigo necesitando los
amaneceres.
No te extrañes.
No es huida de ti.
Sólo es urgencia
esta demanda
que me nace como nació tu
amor
una tarde de mayo.
Venimos de aquel beso
que tú recuerdas
en una esquina del viento.
Sabemos de noches,
de cuerpos,
de lunas entreabiertas.
Hemos puesto nombre al
tacto,
a la palabra última,
al último silencio.
Sigo necesitando amaneceres.
No sé cómo será la luz sin ti,
no imagino
el encuentro primero con los
montes.
Preguntarán mis manos por tu
cuerpo,
por la piel de tu vientre,
por tus ojos con caricias
ciñendo mis caderas.
Por eso necesito amaneceres,
para aprender a morir
poco a poco,
despacio,
haciéndome cenizas
para que tú me guardes
en tus labios,
en tus pechos,
en la urna suprema
de tu sexo.
Necesito amaneceres que me
hablen
de ti, si no estás,
de ti, si vienes,
de ti, si existes,
de ti, si eres nunca,
de ti, si eres siempre,
de ti, eternidad,
de ti, tiempo.
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