LLEGANDO
Estoy llegando a la orilla
de tu sangre,
al límite,
donde grita la piel.
Alguien puso cerillas
encendidas
al borde de tus ojos
para que se confundan tus
pestañas
con el negro brillante de tu
vientre.
A la orilla de ti,
a finales de ti,
donde terminas
y el mundo se deshace
cansado de ser mundo,
agotado de sí mismo.
Estás donde empieza el
infinito,
la nada, tal vez.
Todo va a ninguna parte
y los besos padecen vértigo,
asomados al vacío de ti.
Hace frontera tu cuerpo
con tu sombra
y la sombra del tiempo con
el tiempo.
Llegando a no sé dónde,
a la luz de tu carne
donde registras suspiros
y archivas ausencias
Tal vez nunca sepa si eres tú
o sólo tu silencio,
pero llegaré a ti,
a lo que fuiste,
a la urgencia de que seas
lo soñado,
lo pensado,
lo pintado en los labios de
la luna.
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