PERDON
Pido perdón por existir,
por mantenerme de pie
sobre mi estómago lleno.
Si me muerde una enfermedad
mortal,
puedo torcerle el brazo
porque domicilio en mi cuenta
el último Eklira del mercado.
Pido perdón por mis ojos,
porque cada día puedo
injertarme la luz
que palpa la realidad
cruda, es verdad,
pero también las formas de
un cuerpo
que eriza mi sexo de
alegría.
Puedo masticar las fresas
criadas bajo plástico,
regadas con el agotamiento
y el sudor subsahariano.
Puedo rozar mi pecho con tus
pechos
porque somos cercanía,
porque tú no te fuiste a la
vendimia
ni al minijob alemán.
Pido perdón en nombre de mis
labios
húmedos de ti,
colgados de ti,
a tiro de beso,
capaces de engendrar en tu
lengua
un cielo de boca.
Hemos expoliado los ojos,
el estómago,
el corazón,
el sexo,
el tacto,
el pecho.
Hemos castrado demasiadas
vidas,
les hemos robado espacio,
les expatriamos la piel
para que no eche de menos
las caricias
y las manos sirvan solamente
para arrancar carbón
y petróleo
y cosechas que alimenten
cuerpos exquisitos.
Pido perdón por todo lo que
sólo es todo para mí,
pero de lo que privo a
tantos.
Pido perdón por no saber
vivir sin tantas cosas.
perdón por saber vivir sin
ellos
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