MATANDO
SUEÑOS.
Tengo cuchillos para sajar
tus sueños,
para desangrar tu esperanza,
para que su hoja te mantenga
en el aire
donde tú no eres tú,
donde sólo eres carne
abierta,
dolor amordazado,
ilusión deshuesada.
Puedo romper tu piel
mientras como langosta,
mientras hago el amor,
hundiendo mis manos en unos
muslos blancos,
mientras tú te aferras a
alambradas asesinas.
Yo estaré penetrando un cuerpo enamorado,
y tú tendrás tumbado el
cuerpo sobre un muro de acero.
Sonarán los gemidos de
alegría
mientras gritas el dolor de
ser negro.
Tu muerte empezó
con el adiós a madre,
a hijos con hambre
almacenada,
a esposa resignada.
Te fue creciendo con la
arena de desiertos
y un tiro a lo mejor,
preferible certero,
te gritará que no tienes
derecho
a un pedazo de pan blanco,
a una sonrisa,
a una mano de hermano.
No lo entiendes,
pero es sencillo de
entender.
Ser negro y pobre es un destino
que brota en las raíces,
en el continente mismo
donde vive esa oscura
costumbre
de pobreza, de miseria, de
sudor transparente.
Sois materia prima para que
prospere el blanco.
Ahora habéis pensado
que robando el trabajo,
la sanidad,
la enseñanza
nos vais a aguar la fiesta.
No lo permitiremos,
para eso tenemos murallas de
vergüenza
La historia nos brindó la
oportunidad
de saquear colonialmente un
continente.
Y ahora disfrutamos lo que
nos dieron los siglos.
Tomad conciencia: sois
negros, sólo negros.
Tenemos fronteras de acero
toledano,
y fusiles de mira
telescópica
que aciertan con las nucas
indefectiblemente.
Cuchillas como bisturíes
que abren en dos la miseria
para que se desangre la
esperanza,
para descuartizar los
sueños,
para arrancarle la piel al
mañana.
Sabemos matar sobre una
playa
y enterraros sin nombre
y que el dios blanco que
está en los cielos
os colme el hambre.
Dios perdona mi
insensibilidad
y descarga mis espaldas de
cadáveres inútiles.
Descansa en paz,
aunque no te lo merezcas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario