ESTOY
Entre tu palabra y tu silencio, existo.
Vivo entre tu espalda y tu pecho.
Centro de ti quiero ser.
Vivir en el punto exacto
en el que vives tú.
Estoy.
Sin ley de gravedad que me desplace.
Sin que me pese el hierro de la sangre.
Flotando como un monte.
Los montes sólo flotan
cuando sus cumbres están enamoradas.
Estoy en el espacio compartido
por la sístole y diástole.
Así es posible el camino
desde tus pies a la nuca rizada de tu pelo.
Ruta entera tú,
para prender el fuego
en tus grutas,
en las concavidades de ti,
en tu piel interior
donde existen las bóvedas más hermosas
de tu cuerpo.
Sorprendido en tus adentros,
donde eres quien eres
con tu carne y tu nombre
y tu forma de nombrar el viento.
Déjame estar.
Soy un trozo de tiempo
breve,
limitado,
con la muerte colgada
en el costado izquierdo.
No duraré,
pero necesito permanecer en ti
mientras la muerte acomoda mis huesos
de forma definitiva.
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