LA
ULTIMA CENA
Partí en dos la palabra
y puse un muro de vino
en su cintura quebrada.
Cada uno masticó su soledad
infinita,
la distancia crecida,
la lejanía aumentada.
Tú yo vamos llenos
de palabras rotas,
de palabras partidas
y no sabemos conjugar los
verbos,
los tiempos pasados
que no serán presente.
Llevo la mitad de esa
palabra
clavada en el estómago
como un testamento de jugos
amargos
desde aquella cena última
con el pan partido,
repartido,
palabra rasgada en dos
mitades,
jirones de aliento entre las
manos.
Ultima cena. Penúltima tal
vez.
Añoro aquella mesa, aquella
noche,
pan caliente como un vientre
enamorado,
vino convertido en sangre
herida,
palabra partida que suprime
la longitud del muro oscuro
que separó los labios de los
labios.
Inventaremos la noche
y beberá la luna la alegría
de las fronteras derrotadas.
El muro será una cremallera
que anuda nuevamente las
sílabas
para que todas juntas
signifiquen
que hay pendiente una cena
entre tú y yo.
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