PRETEXTO
Camino
por el pretexto.
Es
una calle tal vez equivocada
pero
la necesito
para
llegar
a
ti,
a
mí,
a
la mirada del viento,
a
la espalda de la luna,
o
a tus labios.
Evitaba
decirlo,
pero
rehago el pretexto
para
comprender tu beso
y
enredarme en tu lengua
y
esconderme en el cielo de tu boca
después
de sorprender tu pecho.
Soy
consciente de que busco un pretexto.
Necesito
un monte de algodón
fácilmente
abatible.
Basta
que lo empujen tu sonrisa,
las
manos de tu voz,
el
músculo fácil de tu aliento
para
que caiga su cumbre
y
me encuentres.
Porque
quiero que me encuentres
detrás
del pretexto
y
que tu piel me envuelva
y
me proteja del frío
que
hace a las fueras de tu boca.
Fabrico
un pretexto cada día
para
alcanzar la noche como una reconquista
de
la que nunca te hablo,
porque
es un regalo, pienso,
porque
es un susto de luz, pienso,
porque
es el asombro de tus ojos, pienso.
lo
inesperado, pienso.
Porque
quiero desvelarte, revelarte
la
atracción de tenerte,
el
miedo de tenerte,
la
bifurcación contradictoria
de
no saber y saber
de
conseguir lo inasequible,
de
hacer presente el ayer,
el
mañana con el hoy,
el
entonces con el siempre.
Pretexto.
Compréndelo,
ámalo.
Es
mi calle, tal vez equivocada,
pero
es mi calle,
la
que me lleva hasta tu vientre limpio
y
me pierde en tu bosque,
en
la revelación de tu sangre
que
grita mi nombre
Bajo
seudónimo me llamas
porque
tu voz es también un pretexto.
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