CUCHILLOS
Tengo la sangre llena de
cuchillos,
de perfiles de vientos,
de muertes reclinadas sobre
el costado izquierdo.
Nos va llenando el tiempo
de inservibles minutos
amontonados como juguetes
rotos,
como huesos de una historia
que fue
y se archivó en la memoria.
Cuchillos de palabras con el
silencio dentro,
de escalofrío y vértigo,
de coágulos de aire nunca
pronunciado
porque era peligrosa la
verdad, y el amor, incluso la mentira.
Y se quedaron siempre
almacenados
en las trastienda donde tú
nunca entraste
porque había humedades y te
dolía el alma.
Cuchillos oxidados
con dientes puntiagudos
para morder la cercanía,
triturar los disfraces
y aquellos ectoplasmas que
suscitan
las lunas falsas de entonces,
la silicona gris de los
recuerdos,
los cuerpos derrotados
por un motín de abandonos.
No sé ni me importan tus
cuchillos.
Yo colecciono gritos altos
como almenas,
piedras y catapultas que derrocan estrellas
para que nadie indague
si mastico las soledades
agrias
como limones con semillas de
cuchillos.
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