AYER
Vengo
desde ayer,
con
el amor pisándome los ojos.
Vengo
desde una sombra que antecede
las
pisadas sin rumbo
No
sé si te busco. No sé si me esperas.
Nos
vimos entonces
cuando
teníamos nombre
y
te llamaba ternura
y
me mandabas tus labios
a
la dirección exacta de mis labios
Nos
conocimos cuando las fresas,
era
otoño o invierno, tal vez primavera.
Aprendimos
los besos
y
me acostumbré a vivir en el cielo de tu boca.
Hicimos
un sendero de caricias
para
dar un paseo cada tarde.
Descubrí
junto al río
el
continente de tu vientre,
toqué
tus pechos azules
y
en las ingles hicieron los pájaros su nido.
Vengo
de ayer a tus ojos,
de
tu tiempo a mi nunca.
Vamos
a unir la arena con la espuma,
el
barro salado de las lágrimas
para
alojar la sombra de las olas
y
sentirnos fundidos en un tiempo sin tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario