PAISAJE
Soy el paisaje que dejaste.
Un barbecho de sombras
con espigas negras.
Una colección de escombros
con tus huellas rotas.
Tengo sin paredes los huesos,
sin columnas la sangre
que erige el sexo
y ensarta los gemidos
como argumentos de luz.
Paisaje sin ríos,
sin mares.
Tristeza abandonada
por los rincones de la piel.
Montes huecos
sin el músculo que les otorgaban
tus manos sosteniendo
el mundo de sueños que proyecté en tu carne.
Un beso era entonces la única distancia
que separaba tus labios de mis labios.
Si algún día regresas a ti misma,
descubrirás el paisaje que dejaste,
y que espera
en el interior de tu ausencia.
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