miércoles, 11 de septiembre de 2013

NUNCA



Nunca sabré.
No podré prescindir de este vacío, de este hueco
incapaces de albergar tu nombre.
Es la soledad absoluta,
sin la palabra colgada
como una estalactita de sangre caliente.
No puedes hospedarte,
no encuentras la postura
para adecuar tu desnudez
a las dimensiones de mi nada.
Soy un sombra agrietada,
aunque te empeñes
en crearme en tus sueños,
en moldear con tus manos
mi carne de barro con tres partes de agua.
No tiene un después el nunca.
Es inútil tu boca
devorando mi nada.
No podrás digerir
la inexistencia.
No sabré. No sabrás
si lo posible es posible.
Sólo se permite copular
a tu farsa y mi farsa
y convertir los gemidos y el esperma
en la risa caliente
de un manantial sin sentido.
Nunca sabré. Nunca sabrás.
La muerte es la ignorancia

decadente y sin nombre.

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