NO
ME PISES
No me pises la vida.
Tengo tatuadas demasiadas
huellas.
Tiene ampollas la carne de
olvidos olvidados.
Esta historia de bocas
besadas por fascículos
ya no tienen salida
comercial,
Los besos agrios no son
coleccionables de otoño
para decorar bibliotecas de
salón.
Nadie leería los viejos
labios de entonces
cuando tú y yo alquilábamos
los sótanos del aire
para lunas adolescentes.
Tu vientre y mis ingles
se apretaban detrás de una
sombra
para que nadie viera
los caminos de tu espalda,
la inquietud de tus manos
indagando mi sexo.
No me pises la vida.
Deja que me alimente
de este polvo caliente,
de esta arena caldosa,
agria como los limones
de Federico y Camborio.
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