viernes, 6 de septiembre de 2013

NO ME PISES



No me pises la vida.
Tengo tatuadas demasiadas huellas.
Tiene ampollas la carne de olvidos olvidados.
Esta historia de bocas
besadas por fascículos
ya no tienen salida comercial,
Los besos agrios no son
coleccionables de otoño
para decorar bibliotecas de salón.
Nadie leería los viejos labios de entonces
cuando tú y yo alquilábamos
los sótanos del aire
para lunas adolescentes.
Tu vientre y mis ingles
se apretaban detrás de una sombra
para que nadie viera
los caminos de tu espalda,
la inquietud de tus manos
indagando mi sexo.
No me pises la vida.
Deja que me alimente
de este polvo caliente,
de esta arena caldosa,
agria como los limones

de Federico y Camborio.

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