ENGAÑO
Alguien nos engaña a cada
instante,
nos falsea la realidad
tangible
No somos carne y hueso.
Por eso tengo miedo
a perder la verdad absoluta
que necesito que seas.
No me engañas tú.
Pero alguien me dice que no
existes
como te necesito,
como sueño que eres.
Te quiero llena de ti misma
cada noche
cuando me hundo
en tu centro de gravedad,
cuando me hospedo
bajo el arco de tus ingles.
Alguien me grita por dentro
de la sangre:
es un engaño, ella es un
engaño.
Mentira sus muslos, su
vientre, sus pechos
y esa boca mojada con tu
nombre.
Mentira su espalda
horizontal como un río
Y esas manos erectas que
dominan tu sexo
como una bandera colgada entre
sus labios.
No puedo asumir la falsedad
de tu carne,
la arquitectura de tu piel
y esa sonrisa oblícua
paralela a tus ojos
creadores de luz,
fundadores del mundo.
No puedo admitir tu cuerpo
inexistente
sobre mi cuerpo, marcando el
ritmo
rasgado de tu venus, de tu
monte sagrado,
adorable y exacto.
En mis noches antiguas
perfilé el teorema redentor
de tu carne.
diseñé cada luz como orfebre
de estrellas
para sorprender la ternura
planetaria de tus nalgas,
para llegar a tus ojos, para
adecuar tu mirada
al fracaso de ser sencillamente
un hombre.
Yo también soy mentira,
un engaño para tu vientre de
luna,
para el volcán entreabierto
creador de mi lava de
espuma.
Me gritan por dentro que
somos dos mentiras.
Ni mujer ni hombre o
viceversa.
No somos carne de luz
asombrada,
“ni siquiera polvo enamorado”
Somos sólo un osario,
reliquia de ceniza
en un ataúd olvidado
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