ME
IRE ACOSTUMBRANDO
No
me acostumbro a esta postura
fetal
de tu silencio.
Envuelta
sobre sí misma,
tu
palabra ausente
me
convoca a la distancia
de
tu piel y mi piel.
No
logro conciliar
las
amapolas azules
con
la despedida gris
de
tu vientre sin olas.
Olvidaste
en la huida
los
mástiles que sostienen
esos
mundos anónimos
que
fabricamos tú y yo
como
orfebres de estrellas.
Nadie
sabe el camino
que
desemboca en las lenguas
que
hacen del beso una patria
caliente
de recuerdos.
Por
eso no me acostumbro
a
mis manos sin cuerpo,
a
tus muslos borrados,
a
tus pechos sin pechos,
al
refugio umbilical
donde
descansa la caricia
camino
de tu centro.
No
me acostumbro
a
esta nada ocupando
los
huecos del silencio.
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