lunes, 26 de agosto de 2013

EXTRAÑO


Extraño el paisaje de tu boca,
la sombría arboleda de tu sexo,
las letras que te nombran
para darte existencia.
Hoy recuerdo el puente de tus piernas
con mares sin espuma por tus sótanos.
Te extraño como al aire cuando el aire
rehúye mis pulmones
y se queda buscando mariposas
para poblar mis labios
de cianóticos pájaros azules.
Extraño los nidos de tu vientre
para alojar caricias verticales
huracanes veniales prohibidos
por otros vientres sin tiempo.
Me moriré extrañando tu cintura,
tus caderas antiguas,
la humedad de tu espalda
y tus pechos de arena
prójimos de malecones de ternura.
Te extraño. Eso es todo.
Te extraño. Pregúntale al silencio.




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