EXTRAÑO
Extraño
el paisaje de tu boca,
la
sombría arboleda de tu sexo,
las
letras que te nombran
para
darte existencia.
Hoy
recuerdo el puente de tus piernas
con
mares sin espuma por tus sótanos.
Te
extraño como al aire cuando el aire
rehúye
mis pulmones
y
se queda buscando mariposas
para
poblar mis labios
de
cianóticos pájaros azules.
Extraño
los nidos de tu vientre
para
alojar caricias verticales
huracanes
veniales prohibidos
por
otros vientres sin tiempo.
Me
moriré extrañando tu cintura,
tus
caderas antiguas,
la
humedad de tu espalda
y
tus pechos de arena
prójimos
de malecones de ternura.
Te
extraño. Eso es todo.
Te
extraño. Pregúntale al silencio.
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