SONRIES
Exprimes la alegría como un zumo
de frutas en mi lengua.
A veces tus ojos miran
mi carne erizada
como un cedro de piel,
y me llamas con el lenguaje del mar.
Interpreto tus olas
y me grita tu playa entreabierta
y nado, y buceo
y me regalas el tesoro de barcos hundidos.
Morimos entonces
la muerte más hermosa
y me entierro en tu tierra,
urna tú para siempre
de mis cenizas con alas.
Quiero que sostengas
el peso de mi nada,
hundido en tu ternura
de mujer para siempre.
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