NOCHE
Arde la luna entre tus
piernas.
Una combustión que exige
la lluvia incandescente y
luminosa
de mi piel entregada.
Estoy ante ti,
río elástico que repta
por la oscura yedra de tu
vientre.
Frente a ti
mi noche invertebrada, pero
sólida,
como un grito estrellado contra
un monte.
Es la noche anochecida
de labios entreabiertos,
de ojos cerrados
para sentir el interior de
cada beso.
Y el fuego arrasando los
pinares
de tu cordillera íntima.
donde anidan los pájaros
barítonos
cantando mariposas.
Luna ardiente,
de cenizas azules,
pero luna,
llama abierta
exigiendo ese chorro de luz
que te regalo,
géiser invertido en tu
jardín sediento.
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