TE
SORPRENDI
Fotografiabas besos.
Andaban por el aire, me
dijiste
por la hierba,
por el agua.
Y los fotografiabas.
Porque te daban pena.
porque eran besos
solitarios.
Bocas impares
buscando otras bocas
para hacer de los labios
una fiesta de lenguas
abrazadas.
Guardabas las fotos de los
besos
y los regalabas a los ojos
azules,
las melenas rubias,
a pezones de fresa,
a vientres ajardinados,
a muslos de seda.
Regalabas las fotos de tus
besos
en blanco y negro,
en colores de trigo,
perfumados de chanel.
Te sorprendí aquella tarde
y aprendí que existen los
besos,
que quieren entrar
y alojarse en los huesos
y hacer nido
en la sangre.
Lo aprendí de ti.
Por eso hay días
que beso los besos
y encuentro tus labios,
tus pechos,
tu vientre,
tus muslos.
Entera tú, resumida
en el gesto caliente
de ese album de besos.
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