LLEGAR
A TI
No sé si te llega mi voz
cuando te nombro.
Me consta que los besos no
te encuentran
y vuelven a mi boca
con una flor negra en la
solapa.
Tal vez el grito alcance
el roce de tu espalda
como cuando ofrecías a mi
mano tu cintura
como descanso intermedio
hasta llegar
a las esferas planetarias de
tus nalgas.
Interpreto el aire como un
ciego,
lo palpo con las manos
hambrientas.
A lo mejor estás y la
distancia
es una hipérbole de espacio.
A lo mejor, tan sólo a lo
mejor,
si me desnudo del miedo,
de la tristeza gris.
A lo mejor, tan sólo a lo
mejor,
cierro los ojos
y estás dentro,
poblándome,
cosechando nostalgia,
entretenida,
atando las amapolas de mi
sangre
para hacerte una ramo de
alegría
y brindar por el regreso.
A lo mejor, tan sólo a lo
mejor,
no te has ido
y estabas dormida,
desnuda,
esperando
en el último rincón
de mi esperanza.
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