APRENDER
Quiero aprender a leerte la
piel,
a recitar tu cuerpo
cuando lo hago palabra entre
mis manos.
Aprender a proclamar tus
ojos
como una victoria conseguida
si tu luz anida en mi
tejado.
Aprender que tus labios
son un camino abierto
que desemboca en el cielo de
tu boca.
Aprender de tus manos
a tocar las cerezas de tus
pechos
con la delicadeza de un río
enamorado.
Aprender de tus ingles
a tejer primaveras
para enredar la luz
y hacer de tu vientre un
nido de alegría.
Aprender de tus muslos
a sostener el mundo
como a mí me sostienes
cuando abarcas mi cuerpo.
Aprender la ternura firme de
tus brazos
cuando me circunvalas
y me intuye la voz de tu
lengua
y fundas un mar en mi
espalda.
Aprender de tu soledad
abierta
la elegancia de amarte sobre
todas las cosas
como ese mandamiento que
origina el planeta.
Aprender a adoptarme como el
hijo cansado
que regresa de dónde…nadie
sabe de dónde
y acogerme como me acoges tú
en el sol de tu casa de
puertas abiertas.
Necesito clavar mi tienda de
campaña
en tu tierra de mujer
definitiva,
de mujer última
para apoyar esta muerte que
arrastro
como un cadáver amortajado
de tiempo.
En ti, como una ola agotada,
en tu arena, en tu espuma.
Necesito aprenderte,
saberte de memoria,
para gritarle al mundo
el poema que escribes
en mi olvido recién
resucitado.
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