domingo, 23 de febrero de 2014

APRENDER



Quiero aprender a leerte la piel,
a recitar tu cuerpo
cuando lo hago palabra entre mis manos.
Aprender a proclamar tus ojos
como una victoria conseguida
si tu luz anida en mi tejado.
Aprender que tus labios
son un camino abierto
que desemboca en el cielo de tu boca.
Aprender de tus manos
a tocar las cerezas de tus pechos
con la delicadeza de un río enamorado.
Aprender de tus ingles
a tejer primaveras
para enredar la luz
y hacer de tu vientre un nido de alegría.
Aprender de tus muslos
a sostener el mundo
como a mí me sostienes
cuando abarcas mi cuerpo.
Aprender la ternura firme de tus brazos
cuando me circunvalas
y me intuye la voz de tu lengua
y fundas un mar en mi espalda.
Aprender de tu soledad abierta
la elegancia de amarte sobre todas las cosas
como ese mandamiento que origina el planeta.
Aprender a adoptarme como el hijo cansado
que regresa de dónde…nadie sabe de dónde
y acogerme como me acoges tú
en el sol de tu casa de puertas abiertas.
Necesito clavar mi tienda de campaña
en tu tierra de mujer definitiva,
de mujer última
para apoyar esta muerte que arrastro
como un cadáver amortajado de tiempo.
En ti, como una ola  agotada,
en tu arena, en tu espuma.
Necesito aprenderte,
saberte de memoria,
para gritarle al mundo
el poema que escribes
en mi olvido recién resucitado.




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