EL
RIO
No sé si es suficiente un
rio
para que navegue la noche
vivida entre las sábanas.
A veces cabe en un beso
todo el mar
y a veces hacen falta todos
los brazos
para albergar tu cuerpo.
No sé por qué pareces tan pequeña en ocasiones
y en ocasiones eres un
planeta
inabarcable, infinito, entre
las manos.
Nunca tendré la respuesta
a las dimensiones
enamoradas de tu carne
al abismo insondable de tu
vientre.
He probado a descolgarme por
tu ojos,
por el azul de tu mirada
azul
hasta donde eres más tú,
hasta la soledad que te
identifica
como misterio planetario.
Y estabas y no estabas,
y tu nombre era un eco
rodando por el silencio
que conforma la niebla.
Pregunto por la identidad de
tu piel
que no cabe en un río,
por esa plenitud
que no cabe en un beso.
Quiero resguardarte de la
lluvia
que ilumina la hierba de mi
alma
y soportar encima de mi
cuerpo
la levedad de tu cuerpo
aportando ternura
al equilibrio vertical de
mis sueños.
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