HE
VISTO
He visto tantos cristales
rotos
clavados en la carne de los
vientos,
tantos cuchillos hincados en
pulmones de infantiles,
tantos machetes penetrando
el sexo de las niñas.
He visto el hambre
maullando en los tejados del
hambre,
Instalada en estómagos
de mujeres con pechos retorcidos
por bebés de todos los
colores
que muerden una infancia
agotada de antemano.
He visto los pedazos rotos
del cuerpo de una niña
ahuyentando con su muñeca
rubia
las balas asesinas de un
soldado blindado.
He visto los talleres de
esclavos
fabricando alta costura
para cenas de gala en
palacios reales,
hilvanando durante veinte
horas
sin salario pagado
para que el precio en Europa
sea ganancia limpia.
He visto la venta de
armamento
para que los pobres se maten
entre sí
a toda prisa, sin miramiento
alguno,
hipotecando cafetales para
toda la vida,
pozos de petróleo para toda
la vida,
platanales para toda la
vida.
He visto fabricar la
angustia suficiente
para empujar al suicidio
a seres desahuciados.
He visto laboratorios
brillantes
que fabrican inventos
para el carcinoma de cuentas
corrientes en Suiza,
inalcanzables para próstatas
de pobres,
para cirrosis de pobres,
para el colon miserable
del cáncer de chabola.
Niños de doce años
sin un balón de fútbol,
pero con metralletas
que se apuestan cadáveres
y gana el que más muertos
ha abatido en media hora.
He visto las fábricas del
miedo
para que esto o nada
sea la disyuntiva,
pan o abandono,
estómago o muerte.
He visto el odio, el egoísmo
decidiendo si miles de
muertos
son intercambiables
por armamento último modelo
que reduce esqueletos a la
nada
respetando la pureza de los
ríos
y de las catedrales.
He visto tanto horror,
tanto odio he tenido entre
mis manos
que me sueño y me deseo
como un lagarto al sol,
desnudo y moreno
reptando por un feliz alzheimer
con la memoria rota en mil
olvidos
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