lunes, 12 de enero de 2015

BUSCO UN PUÑADO




Busco un puñado de certezas
para un puñado de dudas.
Necesito respuestas
para tanta pregunta.
Luz que descifre
una a una las sombras,
que desnude las sombras,
que las toque y aprenda
la dureza de su cuerpo,
su piel áspera.
Un milagro
para poner de pie las cicatrices.
Abrir las tumbas,
arrancar las raíces donde se apoyan los muertos
y dejen de ser muertos
para ser barro primitivo
sin ojos que pregunten,
sin corazón que pregunte,
sin boca que pregunte,
para que no les persigan
las dudas sin respuestas.
Certezas para esa disyuntiva
que ahonda en el ser y no ser,
partida en dos, rota en dos
la posibilidad absurda y simultánea
de existir y no existir.
Es inútil la pregunta
porque no hay certeza que le corresponda,
porque la inseguridad nos hace lo que somos,
la soledad que configura

la hechura del hombre.

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