viernes, 27 de junio de 2014

ESE RIO



Me pesa  en la espalda el río de tu piel
Venda mis ojos
y prohíbe el tacto de las piedras.
No encuentran las pupilas
el relieve del aire,
el volumen del agua.
Tu río dorsal,
vertebrado,
esqueleto que sostiene tus besos de tu carne
cuando la noche es noche
y la luna saliva
de lenguas confundidas.
Perforan tus pechos
la oscuridad de mi pecho
buscando la ternura
que destilan los labios.
Ese río que soy y que se hunde
entre tus piernas de madrugada limpia,
luna de estrellas en las caderas
que ponen orillas al mar que te traspasa.
Somos un río sin desembocadura,
sin un delta definitivo
para barcos desnortados.
Agua, tú,
yo, agua
para que el tiempo navegue
y convierta el encuentro

en una eternidad de mar.

No hay comentarios: