lunes, 23 de junio de 2014

EL NUDO DE LA MUERTE



Alguien aprieta el aire en la garganta
Muerte le llaman.
Pido a quien corresponda
un nudo elegante,
como si me ataran un rio de colores
para preservar del frío el cuello
o las huellas de la radioterapia.
Un pañuelo de seda
que tape la piel quemada
por esos rayos sin nombre
definido y concreto.
Pido a quien corresponda
que prohiba sábanas blancas
para cubrir mi cuerpo.
Quiero la absoluta desnudez
para que me vea la muerte de cuerpo entero.
La muerte y quienes un día desearon
mi cuerpo en carne viva
y apretaron mi vida
contra su desnudez hambrienta
de caricias, de besos y de sexo.
Que me vean así,
estatua de cera, perfil de museo,
genitalmente tronchado,
horizontal para siempre.
Sólo un pañuelo al cuello
para apretar la muerte,
para disimular el abandono
por el que se descuelgan los muertos.


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