RENUNCIACION
Cerró al amor su piel,
los huecos de su vientre.
Se alimentó de distancia
hasta hacer de los huesos
un andamio de lejanías
huecas.
Apostó por besos endogámicos
de una boca adquirida en la
subasta
de túneles internos,
de rocas impermeables..
Soñó con orgasmos en la
penumbra gris
de pubis como gritos,
de gritos como pubis
desiertos, sin oasis.
Para aliviar la tierra
de la carne quemada,
se anudó la lengua en la
cintura
y rompió los espejos con
estrellas.
Caminó hacia sí misma hasta
encontrarse
con la sombra que instruye
un camino imposible.
Yo he amado la espuma de ese
vientre,
la marea de sus labios,
las olas de sus pechos
verticales
y la arena virgen de sus
ojos.
Se abrió entre mis manos una
noche
como los pétalos de una luna
rubia.
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