jueves, 23 de mayo de 2013

NO HAY LUZ


No hay luz.
Apagado tu nombre,
tu sexo en penumbra
para prohibir el eco
genital del grito.
No hay luz.
La carne opaca
no tiene caminos
que lleguen a tu boca,
a tu cintura líquida
de río entre los montes
azules de tus pechos.
No hay luz
para cargar este rayo
y hacerlo tormenta
que resuene en tu vientre,
en los ojos de tu vientre aterido
de fronteras.
Ignoro si existo
porque no sé si existes.
Aspiro tan sólo
a pronunciar los besos
que configuran tu nombre
de pie sobre tu cuerpo.




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